¡Salve, la Luz que nos guía!

¡Salve, Maestro Jesús!

Existen en la Tierra muchos campos floridos por las acciones de bondad y caridad, de amor y desprendimiento de algunas almas que ya han superado las barreras de las pasiones, del egoísmo y del orgullo. Son almas anónimas que siembran la Luz Divina en los corazones angustiados y repletos de penas, que luchan por la sobrevivencia, sin encontrar en la sociedad el amparo que necesitan.

Las pocas almas iluminadas, ondeando la bandera del amor de Cristo, siembran la Luz Divina a través de la caridad anónima y del servicio intenso en beneficio de los que sufren.

Hermanos, los actos de bondad son escasos en la Tierra, pues la mayoría de nuestros hermanos de la humanidad desean que los focos de la fama estén de servicio, cada vez que extienden sus manos en favor de aquellos desamparados de la suerte.

Sin embargo, los ojos de Dios, que están en todos los lugares, inciden en aquellos que, de forma anónima e invisible, siembran la bondad entre los hombres.

El hambre y la miseria se multiplican, pues las almas encarnadas actualmente son aquellas que se encontraban atormentadas en el más allá, sedientas de olvidar un pasado de ignominia y faltas graves de las Leyes de Dios. Y procuran, en súplicas ardientes al Creador, sumergirse en un cuerpo físico para que, a través del olvido de sus faltas, recomiencen el camino abandonado del progreso espiritual. Y es a través de los múltiples sufrimientos, en las diversas modalidades de tormentos en el plano físico, que encuentran abundantes subsidios para restaurar, en sus almas, la paz y la armonía con las Leyes de Dios.

Si no podéis asistirlos directamente, la ORACIÓN alcanzará a todos los que sufren en el tormentoso valle de la Tierra.

Vosotros no olvidéis jamás, que la oración conecta los corazones sinceros con el Creador y derrama el bálsamo del consuelo espiritual y de la alegría en el alma que sufre que, al recibirla, siente el calor, el alivio momentáneo que fortalece a la criatura para proseguir en el camino de luchas necesarias para su liberación.

Hermanos, la Tierra está repleta de sufrimientos, pero también de injusticia, de violencias y maldades. Cada una de las células que componen la sociedad elige el camino que quiere seguir: o sembrar la Luz, confortando a los que sufren, o de permanecer en la oscuridad, sembrando la discordia, la maldad y la violencia.

Víctimas y verdugos mezclados componen la sociedad actual y aquellos que, con el Cristo, aprendieron a perdonar, a servir y a amar, encontrarán la liberación.

Que Jesús bendiga a todos.

Cáritas es mi nombre.

Que Jesús bendiga a la humanidad terrena y que las alabanzas y hosannas al Padre, a Jesús, amado Hermano, se expandan de los corazones bondadosos.

¡Salve, Jesús! 

Cáritas 

GESH - 11/06/2022 - Vigilia Jacaraipe, Serra, ES - Brasil