Hermanas, que la paz esté con vosotras. Os saludo en nombre de Jesús!

En la Tierra, la violencia sin medida atormenta a las criaturas en todas las latitudes geográficas. El miedo es el ingrediente común de todas las razas. Incluso entre los indios que son los más primitivos de los terráqueos, salvo los que todavía sobreviven sin contactar con los civilizados, el miedo ya contamina las tribus y la violencia ya les ha alcanzado.

En el cielo, en el plano astral, existe una intensa y febril agitación, pues los espíritus que aquí llegan lo hacen totalmente desquilibrados y la gran masa que pierde el cuerpo actualmente, en las grandes metrópolis, no está cumpliendo un mínimo de aquello que planearon en la encarnación que terminó.

Febril es la agitación entre los Trabajadores de la Luz e inmenso el desequilibrio espiritual en aquellos que van llegando.

En las esferas umbralinas y abismales las tinieblas aumentan su fuerza y se agigantan, dirigiéndose hacia los encarnados. En la superficie, el ambiente físico de la humanidad favorece el "abrazo de las tinieblas".

Los encarnados atormentados evitan hablar sobre la "muerte", sin embargo "matan" el prójimo diariamente. Prefieren mantenerse ignorantes de la "vida más allá de la sepultura", aún sabiendo que su desenlace será inevitable en cualquier momento.

Las Naves-Prisiones y las Naves-de-Transferencia se abarrotan de espíritus hacia el exilio planetario.

Las Naves-Transferencia no transportan seres pervertidos en el mal; transportan a la masa de seres comunes, que no alcanzan la graduación mínima necesaria, para mantenerse en la Tierra renovada.

Desde las Esferas Luminiscentes no cesan de emanar energías benéficas para esta humanidad que no sabe aprovecharlas.

Permanecen en el crimen y en la violencia una vez más, eligiendo liberar a Barrabás y crucificar al Mesías.

Salve la Luz que nos conduce.

Salve el Divino Maestro Jesús!

Hercilio Maes

GESH - 24/11/2006 - Vitória, ES - Brasil